Hubo un tiempo en el que llevar zapatillas se reducía a la práctica deportiva y a las salidas al campo. No recordamos exactamente cuándo comenzó a cambiar eso, pero todavía estamos aplaudiendo de alegría.
Hace muchos, muchos años, allá por los 90 del siglo pasado, no podías entrar a determinados bares si vestías zapatillas (si encima las llevabas con calcetines blancos eras, literalmente, un apestado social). Tanto era así, que hasta había un grupo musical llamado El Canto del Loco, que cantaba aquello de “yo quiero entrar en tu garito con zapatillas y que no me miren mal al pasar”.
Tampoco se podía ir en zapatillas a la oficina, a no ser que tu empresa fuera muy moderna y tuviera instaurado aquello del casual friday, que venía a ser la barra libre de zapatillas pero solo los viernes. Las mujeres con estilo tenían que llevar, casi obligatoriamente, zapatos de tacón. Los hombres, zapatos de cordón. Y en invierno, se hacían concesiones a botines y botas.
Derrocha estilo en zapatillas
Pero un buen día para la moda, aquello comenzó a cambiar. De repente, las zapatillas fueron ganando terreno. Primero fue un determinado modelo. Luego otro. Y más tarde, otro más. Pronto se generalizaron y pasó a la historia aquello de dejarlas únicamente con looks casual o deportivos.
Si eres de las que aún son reticentes, te invitamos a que les des una oportunidad. Si te gusta la moda, terminarás rindiéndote porque derrochar estilo con esta tendencia es posible, sea cual sea tu edad y ocupación. De hecho, hay en casos en los que unas zapatillas mejoran un look. Y si a eso le sumas que irás súper cómoda, por larga y ajetreada que sea tu jornada, tenemos el cóctel más perfecto que una deportiva pueda ofrecer.
Las posibilidades son tantas como existan en la moda. Por ejemplo, unas zapatillas casan a la perfección con un look de blusa y tejanos. También con un vestido veraniego, en cualquier largo. E incluso con trajes sastre o conjuntos de dos piezas. Juega con los complementos para redondear tu estilismo: un sombrero de paja, un bolso en tonos de temporada, gafas XL súper femeninas… Te darás cuenta de que las zapatillas no restan, sino que suman estilo, y que tu look puede ser ultra chic cuando las incorporas.
Planas, con cuña, monocolor, en varios tonos, con detalles sofisticados, básicas o llamativas… Lo difícil va a ser elegir la zapatilla que más te guste. Porque si aún no tienes un par, no puedes esperar más. Y si tienes varias en tu armario, nunca son suficientes porque, una vez que las llevas, no puedes renunciar a ellas.